• ¿Utilizas el estrés para ser productivo?
  • ¿Te bloqueas al aprender cosas complejas?
  • ¿Sientes que no avanzas con la suficiente rapidez?

¿Y si exigiéndote menos avanzaras más?

Siempre me han fascinado  las personas que consiguen grandes objetivos, las personas que con las mismas 24 horas que todo el resto avanzan en un mes lo que otras personas en años. ¿Qué hacen diferente? ¿De qué forma piensan? ¿Qué hábitos tienen?

Esto me ha llevado a buscar, estudiar, preguntar y testear diferentes estrategias en mi vida. ¿Lo más interesante?

Muchas de las respuestas que he encontrado son bastante anti-intuitivas.

Y la gestión de expectativas es una de ellas.

UNO DE LOS ERRORES QUE MUCHAS VECES COMETEMOS LA MAYORÍA DE MORTALES NO ES NO EXIGIRNOS LO SUFICIENTE, SINO EXIGIRNOS DEMASIADO.

Cómo mínimo en el corto plazo.

Nos exigimos demasiado en el corto plazo y con ello perdemos la oportunidad de crear el largo plazo que queremos.

La mayoría de personas sobreestiman aquello que pueden conseguir en un año y subestiman lo que pueden conseguir en 10 años

Y, si miras más de cerca, ¿Sabes en qué se convierte esto?

Es posible que estés sobreestimando cuanto puedes conseguir con la siguiente hora de tu tiempo y subestimando lo que puedes conseguir en 10 años, aunque te exigieras menos en el corto plazo.

Si tus expectativas te están causando estrés, no te están ayudando.

Si tus expectativas te bloquean, no te están ayudando.

Si por querer escribir el informe perfecto, preparar el discurso perfecto, aprender esta habilidad en el tiempo perfecto te estás bloqueando, tu forma de pensar no te está siendo útil..

Yo misma pude comprobarlo cuando estudiaba matemáticas, a la que “me flipé” buscando rendir de una forma impresionante (con la falsa creencia de que cuanto más me exigiera más daría), acabé bajando mi rendimiento. Cuando acepté que el rollo iba de enfoque, persistencia y ser metódica puede multiplicar mis resultados.

Si, a veces el camino hacia el éxito (en lo que sea) es más tedioso y menos “de película” que de lo que aparenta des del exterior

Hay momentos en los que bajar radicalmente tus expectativas es lo que te permite conseguir granes cosas en el largo plazo.

Cualquier forma de pensar que impida o bloquee la acción que sabes que es buena para ti tomar, es una forma de pensar que no te está siendo útil.

¿Qué es lo que puedes hacer entonces?

  1. Analiza tu vida en su conjunto. Evita la trampa del corto plazo. Aun si haces el peor ridículo del mundo mundial o tardas el triple de lo que pensabas en hacer este proyecto, ¿los resultados a largo plazo valen la pena?
  2. ¿Estás generando un estado no-óptimo para ti? El estrés, desanimo o bloqueo son sospechosos habituales. ¿Qué pasaría si bajaras radicalmente tus expectativas?

Tus expectativas (el qué, cómo y cuando esperas que algo pase) son un constructo mental. Las generas tú, consciente o inconscientemente.

Están dentro de tu zona de control y si aprendes a gestionarlas multiplicaras tu rendimiento bajando tus niveles de estrés.

Parece un buen trato, ¿verdad?

Si quieres saber más sobre esto y entenderlo des de la perspectiva de la PNL te dejo con el siguiente video de youtube en el que te lo explico:

¡Felicidades por haber llegado hasta aquí!

Antes de irte recuerda lo siguiente: No se trata de que bajes tus expectativas siempre y en todo. Se trata de que te des cuenta de que tienes la opción de bajarlas y que esta opción en muchos casos te va a ser muy útil.

Recuerda, la flexibilidad es la clave.

Ahora, como ya sabes:

¡Nunca pasa nada si no pasas a la acción!

  1. ¿En qué 3 áreas de tu vida vas a aplicar esta estrategia?
  2. ¿Cómo y cuando vas a hacerlo?

Déjamelo en los comentarios.

Nos vemos,

Clara